Junto a la pandemia del Coronavirus, estamos sufriendo una auténtica oleada de delitos cibernéticos en redes sociales donde, famosos como Eva Isanta, Itziar Castro, Cayetana Guillén Cuervo o Miguel Ángel Silvestre -por sus cuentas multitudinarias-, son los principales afectados.

Por Ricardo Castillejo

Si recibes un mensaje extraño en Instagram, Facebook o Twitter -las redes más reclamadas del momento-, cuidado, pueden tratarse de “piratas cibernéticos” que te roben tu cuenta y hasta te pidan dinero, como le ha sucedido a José Antonio Canales Rivera -a quien le han reclamado 3.000 euros-, para recuperarla. Otras víctimas de “ciberataques” han sido Eva Isanta, Itziar Castro, Cayetana Guillén Cuervo o hasta Miguel Ángel Silvestre quienes, en cuestión de minutos, han visto cómo han perdido el control de sus perfiles víctimas de delincuentes digitales que, en estos instantes, operan bastante desde Turquía.

Para defendernos de ellos, empresas como Onbranding se convierten en unos inmejorables aliados gracias a los que no solo podemos recuperar nuestros seguidores -cuya venta es un gran negocio- sino, en especial, protegernos de futuras situaciones de riesgo. Su directora, Selva Orejón, nos desvela todas las claves al respecto…

-¿Qué está pasando? Por todos lados se escuchan historias de robos de cuentas…

-Pues sí. Ahora se ha hecho más conocido el mercado del cibercrimen, pero, realmente, hace mucho que existe. De hecho, nosotros llevamos catorce años profesionalmente en activo. Lo que sucede es que el “modus operandi” está mutando, pues han visto que tiene mucho más sentido hacer este tipo de hackeos, sencillos técnicamente pero muy rentables. En este sentido están explotando la vulnerabilidad de cuentas de Instagram, las cuales, potencialmente, pueden ser extorsionadas con facilidad. Antes operaban más desde Nigeria, pero hoy día lo están haciendo desde Turquía. 

-¿Cuáles son los caminos que utilizan para engañarnos?

-En general usan otra cuenta hackeada que forma parte de tus contactos y desde la que te mandan un mensaje. También se hacen pasar por Instagram, informándote o bien que te han verificado la cuenta, o bien algún tipo de información que, al clickear en ella, cede tus datos a un tercero. A partir de ahí, los delincuentes cambian tu número de teléfono y la contraseña y pueden extorsionarte, enviándote un mensaje por whatsapp desde Turquía o Estados Unidos, pidiéndote un dinero que nunca recomendamos pagar. Otro mecanismo de presión es archivar las fotografías, para que pienses que no podrás recuperar el material si no es con la ayuda de ellos (aunque nada garantiza que te devuelvan tu perfil). Más allá está la opción de que alguien, por un motivo personal, realice con odio esta acción, situación de veras complicada. Para todo ello es esencial tener el doble factor de verificación activado, lo que bloquea directamente el paso por pedir seis números de clave para poder acceder. Esto mismo lo recomendamos para todas y cada una de nuestras cuentas sociales, correos electrónicos, sistemas de pago y tiendas electrónicas.

-Y acudir a profesionales, ¿no?

-Por supuesto. Nosotros tenemos servicio 24/7, porque muchos intentan por sí mismos solucionar el problema y lo que hacen es agravarlo más. No es igual meter mano de forma rápida, como hacemos nosotros, que somos auténticos profesionales. Lo otro es una complicación demasiado arriesgada, al igual que acudir a quienes son aficionados y que pueden hasta estafarte sin apenas arreglar nada.

-¿Son estos piratas informáticos una nueva profesión?

-Son cibercriminales que se aprovechan de las carencias de quienes manejan esas redes, pero no son tan modernos. Lo que pasa es que se han escuchado muchos casos de populares que han puesto el tema sobre la mesa. Eva Isanta, Cayetana Guillén Cuervo, Jaime Llorente, Miguel Ángel Silvestre, Itziar Castro…, además de gente del mundo del fitness -o empresas muy conocidas-, han sido víctimas de estos ataques.

-Para muchos de ellos, Instagram en concreto es una fuente importante de ingresos…

-Y las marcas se pueden echar para atrás en contrataciones por pérdidas de prestigio. Se pierden seguidores y, además, se da mala imagen. Si no gestionas bien la protección de tu marca personal, seguro que acabas perdiendo dinero. Muchas personas muy conocidas sufren acoso cibernético de forma continuada y tienen que peritar las pérdidas que eso supone.