El cantante, que en este 2014 cumplirá 50 años, presenta hoy en el Auditorio de Fibes su disco, “Cadore 33”, con el que celebra un cuarto de siglo en la música durante el que se ha ido consolidando, poco a poco, como uno de los solistas más importantes y personales de la actualidad
Después de éxitos como las dos entregas de “Via Dalma”, el responsable de títulos míticos como “Ave María” o “Bailar pegados” vuelve a lanzar temas inéditos con “Cadore 33”, la más reciente apuesta discográfica de un artista que, desde siempre, ha contado con el favor del público. Revestido de un atractivo que se ha incrementado con el paso del tiempo, Sergio Dalma se presentará esta noche en directo en una ciudad, Sevilla, donde no ha sido frecuente, durante su longeva trayectoria, verlo actuar. Una oportunidad única para dejarse enamorar por una voz rasgada bajo la que, los sentimientos, adquieren una nueva dimensión.
Sergio Dalma: “Soy detallista y cariñoso pero demasiado romanticismo puede resultar empalagoso”
-¿Cómo está celebrando sus 25 años en la música? Ésa es una cifra de la que no todo el mundo puede presumir…
-Es verdad. Por eso mi gira actual es tan especial. La mejor manera es estando en activo y visitando tantas ciudades y países como esos a los que estoy viajando. Parece, como decía el tango, que no son nada porque ha pasado todo muy deprisa. La vorágine de actuaciones, promociones, grabaciones, provoca esa sensación pero, si echo un vistazo –y aunque quede mucho por hacer-, han pasado muchas cosas.
-¿Cuál piensa que ha sido su “secreto”?
-Pues a veces lo pienso… “¿Por qué sigo con esta fuerza?”. Siempre me he dedicado a trabajar, a superarme, a intentar sorprender a mi público, a mantener una buena comunicación, la misma ilusión…
-Y ha ido sumando nuevas generaciones…
-Es cierto. Por suerte hay gente nueva que se ha incorporado. A los que fueron mis adolescentes se han sumado sus hijos. Eso ha sido clave. Me sigue asombrando cuando alguien me confiesa que tiene mis 16 discos.
-¿Ya no le persiguen las “fans”?
-De otra manera (risas). La gente es muy respetuosa conmigo. Muestra su efusividad pero desde la admiración.
-Es que hay que reconocer que está usted muy atractivo…
-(Risas) No lo sé. Me siento en forma. A los 40 sí tuve una crisis… El “4” me marcó pero, ahora que cumplo cincuenta, me siento a gusto conmigo. Estoy en un momento óptimo.
-¿Presumido?
-Sí… Mi madre solía comentarme que me cuidaba más que ella (risas). Ha habido una tendencia a pensar que eso era algo más de la mujer pero nosotros también tenemos que arreglarnos.
-¿Nada de bótox?
-¡Nada! De hecho, no dejo que se truquen mis fotos. Son arrugas de sonreír y del paso de la vida.
-Suele cantarle al querer en todas sus variantes… ¿Ha cambiado cómo se entienden los asuntos del corazón?
-La forma de conocer a otro, el flirteo, el enamoramiento tal vez, sí. Ahora “Galilea” se ha quedado antigua y, seguramente, contactaría por chat o algo así pero los síntomas no han cambiado. En “Cadore 33” hemos escogido letras acorde a mi edad.
-¿Qué concepción tiene del amor?
-Es un bálsamo, un refugio, un espejo… Un camino para compartir instantes buenos y malos. Con el desamor sufrimos sabiendo que, tarde o temprano, volverás a enamorarte.
-¿Es tan romántico como transmite su música?
-Bueno, no soy el autor de las canciones. Intento interpretarlas pero, a la hora de componer, juegas con la fantasía. Soy detallista y cariñoso pero demasiado romanticismo puede resultar empalagoso.
-Por cierto, ¿es cierto que su hijo va a participar en un programa de televisión de saltos?
-Imagínate, con 18 años que tiene… (risas). ¡Como para decirle algo! Está en una etapa rebelde pero cada uno tiene que actuar por sí mismo. A él desde pequeño le ha gustado el deporte… En cuanto a la música, antes que por la mía, opta por una más electrónica.
-Hábleme de su presente vital…
-Pues, como te decía, voy a recibir los 50 con ilusión y a porta gayola. Tengo pareja, el trabajo responde, hago feliz a quienes me escuchan… Más no puedo pedir.
-Lo único malo es cómo está España, ¿no?
-Está todo convulso. El pueblo no se fía de los políticos aunque yo tengo esperanza en una nueva hornada que limpie el panorama. No se ve luz por ningún lado. En nuestro gremio la situación es terrible. Cuando habíamos superado el que se pagara una entrada para un concierto, la subida del IVA nos ha machacado. Hacen oídos sordos pero aquí todos estamos descontentos.
