Con una trayectoria como actriz que comenzó con 16 años, cuando vive en la película “Pleno al quince” la magia del cine. Más tarde, hace justo una década, descubrió el “pole sport” desde el que llegó a fundar Aerial Dreams, la academia andaluza más destacada de este deporte

Los ojos le brillan cada vez que habla del mundo de la interpretación, al que ha dedicado gran parte de su vida y que, para Silvia Giner, es uno de sus principales motores. “Estoy materializando muchos de los planes que tenía en la cabeza como actriz y, a la vez, me estoy autodescubriendo conociendo cosas de mí que tenía completamente ocultas”, afirma esta artista que, a la vez, se aventuró hace siete años en el mundo empresarial con su academia, “Aerial Dreams”, donde no solo enseña la práctica del “pole sport” sino, más allá, también le imprime a este deporte su propio sello como intérprete. “Tanto en las clases como en la competición me gusta enfocarlo desde un personaje, desde una historia que hay que expresar. Si no, para mí las coreografías están vacías. A pesar de que la dificultad del ejercicio no sea elevada, si se expresa mucho, el éxito está asegurado”, nos explica esta mujer orgullosa de logros conseguidos, en este tiempo de duro sacrificio y entrega, como el de ser la primera empresa en profesionalizar el pole en Andalucía y, más en concreto, en Sevilla; en contar con profesores titulados, dentro de este ámbito; o en lograr numerosas medallas de oro, plata y bronce en competiciones federadas. “Si miro atrás me parece increíble todo el camino recorrido”, confiesa Silvia inmersa, actualmente, en un cortometraje, “Amo cada átomo de tu cuerpo”, que se prevé pueda convertirse en una película de aquí a poco.

Y es que Silvia Giner ha fusionado a la perfección su faceta artística con la de la enseñanza y empresarial trabajando siempre con las emociones de cada alumno y sus puntos de partida. “Es algo que trasciende al deporte y mi background como actriz es esencial para transmitir el pole dance. Sus emociones, y la superación que necesita, engancha a la gente mas allá de lo que a actividad física se refiere”, continúa orgullosa de poder ver que las más de 1.800 personas que han pasado por Aerial Dreams hayan visto cumplidos mucho de sus sueños. “Los maestros son lo que los alumnos alcanzan. Soy feliz con ellos. Se me eriza la piel, lloro… Me siento como una madre satisfecha con el esfuerzo de sus hijos”, explica esta apasionada de cada uno de los proyectos que emprende. “Hay que dar el cien por cien a cada paso”, concluye Silvia Giner invitando a que conozcamos su actividad y que nos dejemos llevar a cielos más altos, donde volar no solo no es peligroso, sino necesario. No hay gloria sin sacrificio pero, si somos felices que lo que hacemos, siempre merecerá la pena.