A punto de concursar en la próxima edición de “Tu cara me suena”, a partir de septiembre, Soraya Arnelas estrena en breve su nuevo “single”, “Yo brindo”, en una etapa feliz como compañera de Miguel Ángel Herrera y madre de su pequeña Manuela

por Ricardo Castillejo
 

Es muy segura de sí misma y, como suele decir, muy germánica pero, a la vez, Soraya Arnelas tiene un importante punto de ternura que, más aún a raíz de tener a su hija, Manuela, cada vez gana más terreno en su personalidad. Muy educada y una trabajadora incansable, a sus 35 años la artista vive una vida discreta y bastante alejada del foco mediático ya que, en realidad, lo que de veras le hace feliz es estar con una familia en la que ella ejerce como absoluta matriarca. Mientras, su “chico”, Miguel Ángel Herrera, la apoya incondicionalmente, tal y como nos contó en exclusiva en el número de julio de nuestra revista, “Sevilla Magazine”.

Soraya posa en el conjunto arqueológico de Baelo Claudia con un vestido de Nuribel Collection.

-¿Cómo son unas vacaciones ideales para ti?

-Pues es que no conozco mucho qué es eso… Desde que tengo uso de razón he pasado los veranos trabajando, pero sería maravilloso irme a Extremadura a descansar con una piscina cerca. Serían unas vacaciones muy humildes, la verdad. Por otro lado, cuando Manuela sea mayor sí quisiera viajar lejos y visitar sitios como Australia o Hawaii.

-¿Lo más duro para ti de tu profesión?

-La distancia. Que te pase algo bonito y los tuyos estén lejos. Me ha pasado terminar una actuación histórica, como la reciente de Cadena 100, y tener a mi chico fuera. Llegué a casa y, sola, me puse a llorar porque me daba rabia que, uno de los instantes más bonitos de mi trayectoria, no pudiera compartirlo con nadie.

-Cuando se piensa en ti, ¿qué te gustaría dejar?

-Creo haber alcanzado lo que pretendía: ganarme el respeto del público. Y lo he hecho de una forma muy sencilla, respetándolos a ellos y a mi profesión. Ésa es una de las frases que me dijo mi madre cuando empezaba y que tengo grabadas en mi columna vertebral: “Vayas donde vayas, hazte respetar”. Gracias a eso, desde hace 15 años, he logrado el respeto tanto de la prensa como, en general, de la gente. Y como ser humano quisiera que me visualizaran como alguien íntegro, con valores, que lucha por lo que quiere. No me importa caer bien o mal. A estas alturas de la vida tengo lo que deseaba.

-Hablar claro tiene un precio… ¿Cuál?

-Que se posicionen a favor y en contra, que digan que soy muy estúpida o muy distante o muy calculadora o que tengo mucho temperamento. Pero es que me da igual. Aquí no todos te conocen, pero todos tienen derecho a opinar. Sé lo que entra dentro del contrato y, aunque hubo un momento en el que sí, ya no me importa lo que digan.

Un “look” atrevido de Puro Garbo L´Atelier.

-Sí, en ocasiones, sí. Y no me importa reconocerlo. Soy ambiciosa y, cuando tienes que tomar ciertas decisiones, debes ser fría. Cuando me he jugado muy mucho he tenido que actuar conforme lo que consideraba lo mejor. Pero siempre lo he hecho sin fallarme a mí misma, sin tener que arrepentirme.

-¿Eurovisión resultó un trauma para ti?

-Sí, al principio, sí. Quería traerme el Festival para que pudiéramos celebrarlo aquí porque, cuando me propongo algo, es para dar el cien por cien, no para ir a medio gas. Cuando empezaba comparaba los retos como las guerras y ahí no vas a pasar el rato sino a ganar. Eurovisión ha sido de lo poco que se me ha ido de las manos.

-¿Y el famoso “Poyeya”?

-Bueno, era más joven y tenía un carácter menos dócil y no me lo tomaba tan bien pero desde la madurez me doy cuenta de que no me hizo daño. He pasado capítulos duros y he sabido, sin haberme ayudado nadie en nada, levantarme con mi propia autoconvicción y con el esfuerzo y la constancia.

-¿Tienes capacidad para reírte de ti misma?

-Cada vez más, pero me cuesta… Es que soy poco bromista, se me dan mal las bromas. Hasta para eso soy germánica. Tengo poco humor. Últimamente sí que reconozco que soy más desastre de lo que quería aceptar, pero antes ni me lo planteaba.

-Pues vas directa para “Tu cara me suena”…

-Ya me lo habían ofrecido, he ido de invitada un par de ocasiones y ahora es cuando creo que estoy preparada- Sé que lo voy a disfrutar porque desde que nació mi hija estoy conociendo otras facetas de mí.

-¿En qué más te ha cambiado Manuela?

-¡Uf! Es la cara y la cruz… Llegué a pensar que no era cariñosa y que era muy poco paciente, pero soy mucho más de lo que creía gracias a ella. He tenido una imagen de mí demasiado estricta y demasiado dura, algo que me vino por mi exigencia laboral tras terminar mi edición de “OT”. Pero no era algo real, porque sí que soy cariñosa y sí que tengo paciencia.

-¿Qué sentimientos te provoca tu niña?

-Una conexión con la realidad mucho más fuerte que cuando vivía por y para trabajar. Me preocupan aspectos más cotidianos como la educación, la salud, la alimentación, la calidad del tiempo con los míos…

-Llegaron a tacharte de mala madre…

-Eso no le sienta bien a nadie y menos a los seis días de dar a luz a mi bebé. Probablemente aquella noche no fui buena madre, pero sí buena esposa, porque me fui a celebrar la maternidad con la persona que quiero. Para que un hijo sea feliz los padres tienen que ser felices también. No me parece mal que se comente, pero hay falta de tacto. No se debería insultar ni poner adjetivos a quien no conoces. Al menos yo no tengo tiempo para criticar ni a mis compañeras de trabajo, ni a mis vecinos, ni a nadie. Me falta para mí con lo que, ¿cómo voy a dedicarlo a los demás?

La intérprete, con un cojunto de Teresa Moreno.

-¿Y tu pareja? ¿Qué ha sido para ti?

-Una nota de alegría. Es alguien prácticamente perfecto. No podría haber encontrado mejor compañero para el camino y lo tomo de referente para muchas de mis carencias. Es muy afectivo, tremendamente educado, tiene mucha mano izquierda para aguantarme, un padre fantástico… No conoce la maldad, casi nunca está triste, no tiene un “pero”… A mí me quedan muchas lecciones por aprender, pero él las ha superado casi todas ya.

-A propósito, tú que has variado tanto de imagen… ¿Qué tipo de novia serías?

-Una con un modelo campestre muy sencillo y unos botines blancos. Muy folk. Me encantaría un patrón inspirado en el típico extremeño en color champán. Una celebración muy floral donde el novio esté cómodo en esa finca de la que te comentaba, con animales, y un menú -igual que en el bautizo de Manuela-, de esos fusión de lo típico de Andalucía, Extremadura y Portugal.

-¿Crees en el amor para siempre?

-No. Eso solo existe en las películas o tal vez en otra época (y no siempre fue verdad). El amor se reconvierte. Cuando conocí a Miguel Ángel era una amistad. Después llegó el enamoramiento, la pasión, la admiración, el respeto… Hasta el desamor puede superarse y volver a crecer el amor de otra manera. Aunque la palabra lo congregue todo, es un sentimiento que se transforma.

La cantante extremeña vestida por Milazzo Modas.

Dirección: Ricardo Castillejo
Reportaje gráfico: Selu Oviedo
Ayudante de fotografía: David Morales
Maquillaje y peluquería: Ana Camero
Producción: Iván Alcázar
Agradecimientos especiales:
Hotel The Riad (Tarifa)
Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia. Consejería de Cultura. Junta de Andalucía