Theresa Bernabé conoce el “glamour” como pocos ya que, además de ser propietaria de una de las inmobiliarias más prestigiosas de la Costa del Sol, posee un canal de lujo propio, www.theresabernabe.tv
Marbella, gracias a personas como ella, ha ido recuperando, poco a poco, el “glamour” de antaño. Recién licenciada en Economía, nuestra protagonista marchó a Wall Street para, tras una breve experiencia en el sector, regresar a nuestro país e instalarse en la Costa del Sol. Allí, con 24 años, decidió abrir su inmobiliaria hace una década y especializarse en el sector del lujo al que también ha dedicado su canal de televisión, www.theresabernabe.tv. Todo un referente con el que coincidimos en el maravilloso Hotel Las Dunas en Estepona y junto a quien podemos descubrir una realidad solo al alcance de unos privilegiados…
-¿Cómo definiría el lujo, Theresa?
-Como aquello que te hace feliz. No solo es un “superdeportivo” sino estar en un entorno como éste. Necesitas exclusividad con personalización y mucha imaginación. Hoy día a cualquier cosa le llaman lujo pero éste se reconoce muy fácilmente por la calidad. Patricia Rosales, por ejemplo, tiene unos zapatos perfectos. Su logo es una perla. Es la excelencia.
-¿Han notado la crisis?
-Comparado con otros campos, apenas. Hay mucha rotación y más en Marbella. El inglés en la Costa del Sol desapareció y llegaron los rusos y, más tarde, los árabes.
-¿Marbella es en esto el “paraíso”?
-(Risas) Yo creo que sí. Tiene una infraestructura inigualable. Aquí se pasan unas Navidades maravillosas. Puedes tomarte un “espeto” en la playa y al día siguiente ir a una fiesta de alto nivel. En Marbella conocimos la crisis antes que nadie. Fue una crisis política. Hubo personas que robaron de forma horrible pero ahora se sabe que es todo legal.
-¿De qué forma desembocó aquí?
-La vida… Mis padres tenían una casa en el pueblo y, al terminar la carrera, eché un currículum por casualidad (porque, en principio, me iba a Madrid) y me llamaron. Soy muy honesta y no me gustó aquella empresa con lo que pronto decidí montar la mía. Conocí el mundo “on line” e invertí en él creando el primer canal del lujo del mundo. Ahora también tengo oficinas en Madrid y en Londres. En total, somos veinte empleados. También hice “40 horas con un millonario” y, al año siguiente, logré estar presente en Spanair, Air Europa…
-¿Qué se necesita para trabajar en lo suyo?
-Como en cualquier otro sitio. Ser muy profesional, muy leal y trabajo y trabajo. Es un placer y eso se demuestra con una sonrisa natural.
-¿Y los millonarios? ¿Cómo son?
-Hay de todo. Al final acaban convirtiéndose en amigos. Algunos son más desconfiados pero terminas conociéndolos y ganando confianza. Todos tenemos problemas. Lo esencial es la salud y eso no hay dinero para pagarlo.
-¿Es un mundo el suyo superficial?
-Yo no lo considero así. Depende de cada persona. Si eres superficial desprecias una parte importante de la vida. En mi caso creo que cada experiencia te da algo. Soy muy feliz tanto yendo con Dani García a almorzar como con un sándwich en un día de campo. No solo lo caro da satisfacciones. El tiempo también puede ser un lujo.
-Hábleme de las viviendas que vende… ¿Cuánto valen? ¿Qué tienen?
-La media es de dos o tres millones de euros pero tenemos desde 500 mil euros hasta 60 millones (en Londres llegamos con una a los 75 millones). Ésta última tenía seis piscinas climatizadas, la habitación principal tenía una parte que parecía un baño y era un acceso a una de las piscinas… Hay villas con gasolinera propia, con helipuerto, con un “resort”, algunas gastan 250 mil euros al mes en jardín…
-¿Cómo es su día a día?
-Intento estar en Marbella lo máximo posible. Ando media hora por la playa para pensar porque para lo mío es esencial la creatividad y, a partir de ahí, reuniones o almuerzos con amigas en sitios como el HealthHouse Las Dunas que ha pasado a ser un punto clave.
-Dígame algunos proyectos que tenga entre manos…
-Es que hasta que no estén cerrados del todo prefiero no desvelarlos pero el 25 de junio sí que haremos el décimo aniversario de nuestra empresa con un evento en el que no faltarán productos y servicios exclusivos. Móviles de un millón de euros, champán con oro, música del Café del Mar… Intentamos que sea algo muy diferente…
