Valèrie Tasso: “Vivimos en una sociedad en la que nos culpabilizamos de todo”

La sexóloga, popular por su libro “Diario de una ninfómana”, presenta “El método Valèrie”, un manual para ser un seductor/a infalible

Ricardo Castillejo

Una conversación con Valèrie Tasso es como una clase magistral de humanidad. Experta en relaciones humanas, y observadora de la conducta humana, esta francesa afincada en España se encuentra cada vez más cerca de Andalucía (ella vive en Barcelona) gracias a colaboraciones como la que mantiene con el programa de Manu Sánchez, “La semana más larga” donde habla del sexo con tanta libertad y claridad como en su libro, “El método Valèrie”. Un completo análisis del arte de la seducción… 

-¿En el sexo vale la teoría o con la práctica es suficiente?

 -Pues yo empecé por la práctica pero luego me di cuenta de que eran necesarios los conceptos. El sexo es ante todo pensamiento. Sería genial que la filosofía contemplara este tema. Lo del sexo en los genitales es algo que nos han vendido pero es una parte muy pequeña. No interesa porque hay mucho mercado sostenido en la genialidad: los juguetitos, la pornografía… También se usa la prevención, desde las severas de poder, para controlar a la gente y crear pánico. El mío es un discurso incorrecto porque nadie se atreve a usarlo pero es así.

 -¿Y el amor ?¿ Qué pasa con él?

-Es un concepto muy primario. Yo lo encontré hace nueve años. Dudo que se pueda ser feliz sin amor (como algo amplio). Después de “Diario de una ninfómana” se me miraba con recelo como la mujer perfecta para pasar una noche pero si puedes pasar más de una noche con la misma, mejor. Me enamoré de Jorge, mi pareja, un sevillano de Triana que vivía en Barcelona. Tenía 34 años y había renunciado a eso pero pasó. Fue algo muy natural. En el fondo todos queremos que nos amén.

 -¿Hay alguna táctica en la seducción que sea infalible?

-Hoy es complicado. Estamos en el usar y tirar. Ligar es más rápido. El seductor es alguien ególatra que lo que busca es acostarse con otro/a y luego desaparecer. Lo que pasa es que no todas las estrategias sirven con todo el mundo.

-¿Le han seducido o ha seducido más?

-Me han seducido más por el nivel de disgustos que me he llevado ( risas). Si la seducción ha sido mía he intentado despedirme después elegantemente y a la francesa

-Pero usted, en las distancias cortas, parece bastante emocional…

-Tal vez por el acento dulce te parezco más romántica pero si tuviera que hacer balance, soy más práctica. Eso sí, cuanto más fría parece u a persona, más sentimental es. Es un escudo. No me creo que nadie sea totalmente frío.

-¿Le cuenta la gente sus problemas íntimos?

-Sí. Hasta los mínimos detalles. Siempre me ha interesado la condición humana. De qué estamos compuestos, por qué actuamos como actuamos…

-¿Qué tal Sevilla sexualmente?

-Aquí el ambiente se calienta mucho. Ha cambiado para bien. Suele pensarse en el Sur como una zona muy abierta pero no es totalmente así. El qué dirán ha tenido mucha importancia.

-¿Algo que decir de los políticos?

-Que les hacen falta unos cuantos polvos contra la pared. Estoy alucinando. Me da vergüenza y naúseas ver el nivel de corrupción al que se ha llegado. No sé a dónde vamos a llegar en España. Hasta en el sexo van a recortar porque, repito, es un arma de poder.

 -¿Dónde está el sexo en su escala de valores?

-Es importante pero, a la fecha de hoy, no es lo primero. Te puede hacer feliz pero también muy infeliz. En la actualidad, cuando todo va bien, buscamos los problemas. Vivimos en una sociedad en la que nos culpabilizamos de todo. En países donde solo han conocido la pobreza no hay vaginismo ni eyaculación precoz. No se tiene tiempo para pensar en eso. Somos herederos de una cultura paleo cristiana que nos hace sentirnos mal por todo. Es terrible.