María Teresa Campos no tendrá nuevo programa en Telecinco. Al menos, que se sepa. Después de la retirada de “¡Qué tiempo tan feliz!”, las apariciones de la malagueña en la cadena han sido escasas y más personales que profesionales. De hecho, lo único que se ha emitido suyo son las nuevas entregas de “Las Campos”, que al final se ha convertido en un “reality” más donde, encima, el mayor protagonismo recae sobre las hijas de la periodista, Terelu y Carmen.
Así que, por lo visto, Teresa está que trina (y más viendo cómo le han dado a Sonsoles Ónega un hueco a mediodía que, dicen, ella apostaba para sí misma). ¿De dónde viene este aparente ninguneo a la que es uno de los mayores emblemas, vivos y en activo, de la historia de la televisión en España? Pues parece ser -aunque, claro, no es nada confirmado-, que su jefe, Paolo Vasile -al que ella llamó “gilipollas” durante su etapa en Antena 3-, desde entonces se la tenía guardada y que, en el fondo, el italiano no aguanta ni a “la” Campos, ni a ninguno de los de su familia.
Bien sabido es que, en el vecino país con forma de bota, lo de la “vendetta” forma parte de su cultura y que, pase el tiempo que pase, allí las cosas ni se olvidan, ni se perdonan. Lo mismo es parte de la leyenda o lo mismo no, pero en lo que no hay duda es en que María Teresa no pasa un buen momento. Su cara lo dice todo.