Los sevillanos más universales de la moda española se sinceran coincidiendo con unas fechas navideñas que les encantan y durante las que aprovechan para vestir su propio Belén
Victorio y Lucchino son los dos genios del diseño afincados en Sevilla que fueron destacados como “Sevillanos de honor” en la entrega de premios “Favoritos” que protagoniza el número más reciente de la revista “Sevilla Magazine” (donde comparten portada con Paloma San Basilio, Rosa López, Sole Giménez, Elisabeth Reyes y María Parrado). Impulsores de una de las firmas de moda más importantes de nuestro país –y con más repercusión nacional e internacional-, estos creadores acaban de perder recientemente a una amiga –y clienta- tan querida como la duquesa de Alba pero, acostumbrados como están a enfrentar mil y una batallas, nuestros protagonistas son conscientes de que la vida sigue y que hay que afrontarla, como ellos también saben, con valentía y pasión. Es el mejor camino para encontrar la realización a tus sueños.
-Después de tantos recibidos a lo largo de su trayectoria, ¿podríamos considerar que se acostumbra uno a los premios?
-(José Luis) A todo te acostumbras en la vida y, si son cosas bonitas y gratas, pues mucho más. Aparte, si es en nuestra tierra, saben de otra forma. Es muy agradable y bonito que la gente reconozca tu trabajo, una forma de manifestar el cariño tras tantas horas de soledad, sacrificio y silencio que lleva nuestra profesión.
-Pero es lógico que Sevilla les colme de honores porque han elegido nuestra ciudad para todo…
-(José Víctor) Yo tenía muy claro que iba a vivir una sola vez y ese sitio sería Sevilla. Aquí volvería a nacer. Se paga un precio muy alto por quedarte pero, cuando algo te gusta tanto, no importa pagar lo que sea necesario. Para nosotros ha sido especial, nos han querido desde pequeños, con un apoyo total. Nos sentimos amados por el pueblo…
-Sea como sea viajan constantemente exportando su concepto del vestir… ¿Qué tal les ha ido en Lima, uno de los últimos puntos que han visitado?
-(J.L.) De maravilla. Nos han hecho una acogida extraordinaria, con mucho éxito, y estamos haciendo negocio, que es lo importante. Admiran mucho lo que hacen los españoles y allí hay muchos andaluces viviendo. Lo tomamos como una experiencia más. Hay que moverse mucho.
-Porque la moda del Sur no es solo lunares y volantes ¿verdad?
-(J.V.) En absoluto. Es nuestro traje regional, que está vivo. El más importante del mundo porque ninguno otro tiene el movimiento del nuestro aunque no por diseñar en Andalucía tienes que hacer volantes. Lo llevamos en la sangre pero la gente no va todo el día vestida de gitana, que es como a mí me gusta llamarlo. Naces, tienes un estilo, lo potencias y eso es un producto de tu tierra, del aire, de la luz… Pero hay que avanzar.
-Pero es que además hacen novias, ropa de niños, de comunión…
-(J.V.) Tenemos 42 líneas de productos, pero nos faltan muchísimas cosas. Estamos empezando. Cada día es volver a comenzar. No puedes creerte nada en la vida y, cuando eres creador, aún menos. Debes tener el pulso del mundo y ser tan “cool”, tan fresco, que lo que haces se lo pueda poner un asiático o un europeo. Tienes que hacer vibrar a esa persona que pase por un escaparate, que se enamore de lo que ve. Nuestras prendas llevan la alegría que nosotros tenemos, les hablamos.
-¿No les apetecería descansar, dedicarse a otra cosa?
-(J.V.) Todavía no…
-(J. L.) Hombre, hay momentos en los que me apetecería relajarme pero, cuando tienes una mente despierta, no lo puedes dejar. Es una necesidad interior enorme. Tanto es así que siempre estamos inventándonos cosas. Me encanta la jardinería, hacer vestuario para las figuras del Belén (algo en lo llevo desde hace diez años). Yo me moriría si no pudiera estar constantemente creando y es una obligación que sentiré mientras esté en mis facultades. Somos un poco artistas renacentistas porque tocamos muchos palos, pero la moda es el más importante.
-Es que lo suyo con su profesión es auténtico amor, ¿verdad?
-(J.V.) Yo no concibo la vida sin mi trabajo, estoy enamorado de él y le doy las gracias a Dios por poderlo ejercer. No haría otra cosa, ni pienso en ello. Estoy muy a gusto.
-(J.L.) Como decía Balenciaga, ésta es una labor que debe tener el sentido del color pintor, la armonía del músico, la proporción del arquitecto… y por eso la elegí, porque desarrolla muchas disciplinas del arte dentro de ella misma.
