Los diseñadores sevillanos presentan hoy, en la Mercedes Benz Fashion Week de Madrid, “Retro-Futuro”, su colección Primavera-Verano 2014 

José Antonio Muñoz (@josan_ms)

Empezaron su andadura en el mundo de la moda a finales de la década de los 70 aunque no fue hasta 1985 cuando presentaron su primera colección en Nueva York. Desde entonces se convirtieron en diseñadores de referencia en nuestro país tanto en el “pret-à-porter” como en los vestidos de novia para, más tarde, sacar su propio perfume y hasta 42 líneas de productos. Tras una mala racha en la que consideran se les ha tratado injustamente, José Victor Rodriguez Caro y José Luis Medina del Corral han seguido trabajando para presentar hoy “Retro-Futuro”. Una colección que, sin ni siquiera desfilar, muchos ya han valorado como la mejor de Victorio y Lucchino.

-José Víctor, ¿cómo viven las horas previas a un desfile?

-Estamos muy contentos, pero los nervios no se pierden nunca. Cada día eres más consciente de que te juegas toda tu carrera en una colección, aunque estés seguro del trabajo que presentas porque nos rodeamos de profesionales muy importantes. Vienen personas para montar estilismos desde Italia y nos dicen que es lo mejor que hemos hecho.

-¿Qué novedades presentan?

-Se llama “Retro-Futuro”. Es una mujer de los años 50, con una gran calidad en los tejidos que van de las organzas al tul o el satén, y donde predominan el negro y el blanco. El mercado está saturado de ropa mala, hecha en el extranjero y con diseños copiados. Que España sea conocida por la moda de las grandes cadenas de ropa barata no tiene mérito.

-¿Cree que no nos hace bien?

-Pienso que es más interesante vender la marca España. Nosotros fabricamos aquí y vendemos hasta en Australia. Eso lleva mucho trabajo, pero de calidad. Estoy blanco de no haber podido ir a la playa pero cuento con 42 líneas de productos que llevan nuestra tierra por bandera: zapatos, bolsos, trajes, línea de hombre, novias, hogar…  La gente presume de camisa italiana o de pantalón comprado en Paris, pero los extranjeros reconocen que más quisieran poder presentar una colección como la nuestra de mañana. Parece que lo español está menos valorado, pero hay profesionales de aquí haciendo tres impresionantes edificios en Nueva York, mejorando el canal de Panamá o el tren de los países árabes.

-¿Qué les ha dado Sevilla y qué le han dado ustedes a la ciudad?

-Me ha dado todo, no me imagino mi vida en otro sitio. Nos han propuesto irnos a grandes ciudades donde quizás hubiésemos llegado a ser mucho más, pero voy vivir una sola vez y he querido que fuera aquí. En cuanto a lo que hemos dado nosotros, deben decirlo los sevillanos. Hay gente que te adora y también a las que no le caemos bien, pero hemos apostado porque desde Sevilla se puede conquistar el mundo.

-Han pasado una mala racha…

-Son 30 años de profesión y todos tenemos altos y bajos. La vida te tiene que dar palos, para aprender y salir reforzados. Hay que luchar y trabajar, adaptarnos a los tiempos y ser positivos. Si no se puede coger un taxi se opta por el autobús y no pasa nada.

-¿Les han tratado justamente?

-En absoluto. Se han dicho muchas mentiras sobre nuestra situación porque, además, se juzga sin escucharte antes. ¿Cuántas empresas han pasado por eso? Pues de ninguna se habla pero de Victorio y Lucchino, sí. Hemos salido en prensa, en televisión… y hay periodistas que van por la calle y les digo adiós, porque los conozco y soy educado, pero me han dado una puñalada trapera diciendo cosas sin consultarnos antes si eran verdad.

-Ahora ponen su talento al servicio de Nocilla… ¿De qué forma surgió este reto?

-Nos ha hecho mucha ilusión porque ahí se demuestra que seguimos fuertes y hacia adelante. La marca testó el mercado y nos presentaron un estudio donde decía que estaban interesados en nosotros, por la popularidad. Tenemos más tirón que el Real Madrid, el Barça o Shakira. Antes habían diseñado los vasos de Nocilla otros como Agatha Ruiz de la Prada, Rosario Flores o Jordi Lavanda.

-¿Qué más cosas han creado? ¿Se atreven con todo?

-Muchas y muy diferentes. El interior del Hotel Puerta América, el Metro de Sevilla, la Lata Roja de Nestlé, diseñamos un mini, ahora estamos con un proyecto de Dubai… Nuestro nombre vende, nos hemos hecho un hueco en el mercado y se nota. También hemos rechazado muchas propuestas, más que las que hemos aceptado. Somos coherentes a la firma y la imagen que queremos proyectar.

-¿Se han sentido alguna vez personajes del corazón?

 -Incluso nos han ofrecido dinero para ir a programas de televisión, pero nunca hemos dado un escándalo. Llevamos una trayectoria impecable y creo que se han cebado con nosotros. El tiempo pone a la gente en su sitio…

-Lourdes Montes, esposa de Fran Rivera, vestirá un traje diseñado por ella… ¿Aceptarían un encargo así?

-Admito cuando una clienta viene y me dice quiero un estilo imperio y dentro de eso lo diseñamos, pero ya está. Las firmas quieren publicidad a toda costa, incluso pagan tres mil euros porque lleve el traje pero esa no es nuestra filosofía. Hay que tener dignidad. Esta empresa nos ha copiado muchas veces, incluso nuestro volante de caracola, que está registrado y no se registraba nada en moda desde los años 20. Nosotros creamos, nos inspiramos, pero nunca copiamos. Eso es un desprestigio.

-¿Quién es la mejor vestida del panorama actual?

-Carolina de Mónaco. Tiene un estilazo y está envejeciendo de una forma maravillosa y sin operarse. El estilo se tiene, no se adquiere. Naces con algo especial y luego, dependiendo del entorno más o menos “chic”, se desarrolla en mayor o menor medida. Hay “maris” en el pueblo con una bata y una moña de jazmines en el pelo que desprenden elegancia en esas casas pintadas de cal blanca con una magia increíble.

-Hay quien dice que en Victorio y Lucchino uno diseña y el otro es la imagen…

-Siempre somos los dos en todo. José Luis es maravilloso, formal, serio, culto… Tengo la suerte de trabajar con él y tenemos una armonía que no está pagada con nada. Cuando eres una persona pública se inventan ese tipo de cosas. El gran defecto del español es hablar de los demás sin conocerlos y es una pena que no se profundice ya que, además, no lo hacen porque no quieren. Somos personas cercanas, que trabajan en el centro, con un equipo que nos conoce bien… Tengo una becaria que nos dice que está aprendiendo más en tres meses que en los tres años que ha pasado en la escuela.