La mujer del Cordobés ha participado, junto a su marido, a Laura Ponte y a Alejandra Ortiz, en un evento durante el que se ha convertido en imagen de las leches Nutribén 4D

Ricardo Castillejo

Forman eso que se conoce como una “pareja perfecta” en la que uno al otro se complementa aportándose lo que el contrario necesita. Virginia Troconis y Manuel Díaz, “El Cordobés”, comparten hasta campañas comerciales como la que, hace poco, le ha unido en Madrid junto a Laura Ponte y a Alejandra Ortiz para presentar las leches Nutribén 4D. Un producto que Virginia hace tiempo que no usa con sus hijos pero que forma parte de esa buena alimentación que, en su casa, suele encontrarse a la hora de sentarse a la mesa. Así, tanto Manuel como Triana y Alba (hija ésta del diestro con Vicky Martín Berrocal), son unos chicos aplicados en cuanto a la comida se refiere formando, ellos y sus papás, una familia unida que, en breve, comenzará sus vacaciones de verano.

-¿Quién lleva en casa la organización de la alimentación?

-Manuel es el que cocina. Le gusta mucho y, siempre que no torea, se encarga de la paella. También hace muy bueno el salmorejo.

-¿Y usted?

-Le acompaño. Soy mejor de “pinche” (risas).

-¿Qué se come en su mesa?

-De todo. Entre semana nos cuidamos y comemos sano y, el fin de semana, nos damos algún capricho y disfrutamos. Lo mismo hacemos con los niños. A ellos no les gusta cualquier cosa pero intentamos que tengan una alimentación variada. Con Manuel nos cuesta más el pescado pero con la niña hay menos problemas. Le da tanto al jamón como a las gambas (risas). Luego, con Alba tampoco hay inconvenientes.

-¿No echa de menos los platos de su país, Venezuela?

-Sí, claro. Pero los pruebo cuando voy o cuando viene mi madre y me los prepara aquí. Vivimos en una finca en Sevilla y, si nos visita, me hace “pabellón” (algo típico con judías negras, carne, plátano…). Aparte, a mí me encanta la cocina japonesa y los postres. Mi marido es más de “chuches” (risas).

-La biografía de Manuel va por la octava edición y ahí habla de su esposa con veneración… ¿Cómo lo valora?

-Me siento una privilegiada. He logrado formar mi familia y no necesito más. En el campo me encuentro feliz. Es una maravilla y, respecto a Manuel, es mutuo. He crecido a su lado y me ha complementado. Tenía 22 años cuando empecé y no ha sido fácil. Me veía muy joven. Hemos aprendido a respetarnos y a mantener una estabilidad preciosa.

-Se llevan once años… ¿Lo nota?

-Para nada. No se nota. Él es un hombre muy activo y no hay diferencias en ese sentido.

-¿Cuáles son sus planes para verano?

-Como siempre. Manuel está en temporada y yo no puedo ir a Venezuela con lo que nos marcharemos a Marbella los niños y yo.

-¿Se lleva bien con la popularidad?

-Es que tampoco es tanto. Yo soy muy normal. Llevo una vida tranquila que no se ha resentido con lo que para mí no es ningún drama.