El cantante cumple hoy 51 años en un momento vital comprometido con el medio ambiente y, sobre todo, con sus cuatro hijos de los que, el mayor al menos, ya sigue sus pasos con el reciente lanzamiento de un disco propio

Por Ricardo Castillejo

Este sagitario universal de nombre Alejandro Sánchez Pizarro nació un 18 de diciembre de 1968 en Madrid, aunque su corazón y su alma sean, sobre todo, andaluzas. Más de 25 millones de discos vendidos, premios y giras por doquier y una trayectoria de tres décadas que comenzó como Alejandro Magno (1989, “Los chulos son pa´cuidarlos”) y que se consolidó como Alejandro Sanz (1991, “Viviendo deprisa”).

Más implicado que nunca con el medio ambiente, en estos días se ha comprometido a que sus conciertos sean neutros o cercanos a la neutralidad en carbono, afirmando en la XXV Conferencia de las Partes de Cambio Climático que se ha celebrado en Madrid que “Todos somos culpables y todos somos parte de la solución”. “Lo que sea necesario para frenar esto. Firmo y me comprometo. Busquemos una huella medioambiental cero o cercana cero”, declaraba este artista español casado en dos ocasiones (con Jaydy Michel, de 1999 a 2005 y con Raquel Perera, de 2012 a 2019) y con cuatro hijos de tres madres distintas.

De ellos, parece que Alex, de 16 años, quiere seguir los pasos de su padre, tal y como éste ha apadrinado con estas palabras ante sus 4,7 millones de seguidores en redes: “Mi admiración tiene forma de persona. Mi hijo Alex: música en vena y disco en vuelo”. Y es que el joven, quien utilizó en su perfil para dar la noticia de su bautismo profesional la misma foto en blanco y negro que usó Alejandro Sanz -abrazándose a él con un trombón en la mano-, acaba de lanzar hace poco un álbum bajo el nombre de “SanitY ep”. Nacido de una relación de Sanz con la puertorriqueña Valeria Rivera -durante el primer matrimonio del intérprete de “Corazón partío”-, compartió actuaciones con su progenitor en los más recientes conciertos del mismo y se presentará con temas en inglés compuestos por el propio Alexander.

El mayor de una saga a la que se sumaron después Manuela -una virtuosa del piano de 18 años que se graduó hace unos meses en México y a quien va dirigida, en el repertorio paterno, “Y solo se me ocurre amarte”-, Dylan -nacido en 2011, apadrinado por Paco de Lucía y al que nuestro cumpleañero ha dedicado su éxito, “Capitán Tapón”-, y Alma, de cinco añitos e hilo conductor de “Mi persona favorita”.

De estos dos últimos, el primero estudia en una escuela basada en la enseñanza de siete idiomas (ruso, chino, árabe, inglés y español, entre otras) y también ha dejado muestras de sus intereses musicales versionando “No tengo nada” al piano o tocando la guitarra en algún vídeo.

Gran familia ésta en torno a un patriarca que ha marcado a varias generaciones con una sensibilidad y talento fuera de toda duda. Un mito viviente al que le toca jugar ahora, como diría Antonio Banderas, la segunda mitad del partido de su vida.