Rocío Flores preguntaba ayer a sus seguidores si la veían capaz de hacerse nuevos tatuajes algo a lo que, al final, se atrevió, en sus muñecas, con las firmas originales de sus abuelos maternos, Rocío Jurado y Pedro Carrasco. “Calcado de su puño y letra”, escribía la orgullosa nieta que, además, apuntillaba: “Rocío Mohedano. Pedro Carrasco y el guante de boxeo con el que ganó el campeonato del mundo”. Está claro que la joven siente una admiración inmensa por estas dos figuras definitivas de la música y el deporte y quién sabe si con gestos como éste busca un acercamiento con su madre, Rocío Carrasco.
Acompañada por su novio, Manuel Bedmar, la hija de Antonio David Flores acudió, en Málaga, al taller de Kike Navarrete Aguilar donde Manuel aprovechó para hacerse en el cuello, detrás de la oreja, otra inscripción en su piel: “Solo se va quien se olvida. Te quiero ❤️”. Una pareja con una relación estupenda que demuestra, día a día, su complicidad, compartiendo momentos como éste que quedará grabado para siempre en sus pieles respectivas. Cosas del amor de pareja… y de familia…