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A sus 41 años, con “La asesina de mi buena suerte” presenta un álbum, “180”, que supone un nuevo paso en una trayectoria donde, su hija Julieta, ha sido un antes y un después en su vida. Así nos lo cuenta en una entrevista exclusiva para el número de mayo de “Sevilla Magazine” donde Hugo ha compartido portada “nupcial” con Javián (OT1) y Famous, ganador de la última edición del programa

Por Ricardo Castillejo

Está convencido de que su tema, “La asesina de mi buena suerte”, es un gran tema para presentar su nuevo disco, “180”, que llega al mercado después de seis años en los que solo nos había regalado varios singles como “Adivina, adivinanza” o “Sin argumentos”. Ahora, a sus 41 años, Hugo Salazar, participante de la segunda edición de “Operación Triunfo”, regresa, siendo padre de una niña de cuatro años llamada Julieta, para demostrar que, más allá de su buen físico, hay un excelente autor e intérprete de sus propios temas. En paralelo ejerce como nutricionista en varios centros, faceta que también le emociona y para la que se ha formado, como para el resto, concienzuda y apasionadamente…

-¿Cómo es, en la actualidad, tu relación con la industria y la música?

-Tengo los pies en la tierra y sé hasta dónde puedo alcanzar y hasta dónde no. La única manera de llegar a más personas es trabajando mucho y, la parte que a mí me toca, componer y grabar, ya está hecha. Ahora le toca a la discográfica -y a mí también, claro-, la promoción, llevar mi trabajo a mientras más radios, revistas y televisiones, mejor.

El primer adjetivo que se me puso fue ese de “niño guapo” (que se asocia a “no canta bien” o “no compone bien”). De hecho, mucha gente no sabe que desde 2005, todas las canciones de mis discos son mías”

-¿Crees que por ser guapo se te ha valorado profesionalmente menos?

-Rotundamente sí… Rotundamente sí. Por supuesto. Cuando preparo una gira, y entra algún músico en la banda, siempre me dice: “Hugo, no podía imaginar que tuvieras material tan bueno”. No doy por sentado que soy guapo, pero desde que salí del programa se me tachó de eso, de “niño guapo”, a pesar de que, te juro por mi hija, no lo veía así. Evidentemente que no me considero feo, pero no tanto como me decían entonces, hace 16 años. Claro que en la actualidad no compongo de la misma manera y me parece que eso se tapa porque, el primer adjetivo que se me puso fue ese de “niño guapo” (que se asocia a “no canta bien” o “no compone bien”). De hecho, mucha gente no sabe que desde 2005, todas las canciones de mis discos son mías…

-¿Y no has fomentado tú que la imagen tape lo musical?

-Para mí, nunca. Hombre, podría salir en una portada con un parche y una careta, lo que pasa es que soy así. Me podría rapar al uno, pero es que me gusta el pelo largo. Además, si la gente me conociera sabría que soy un desastre. Muchas veces no me peino, no me afeito… No soy un maniquí.

-¿Los 40 años te han quitado o te han dado más?

-Me han dado más, evidentemente. La paternidad me ha cambiado un montón. Aparte, la vida pasa muy deprisa, todo va a la velocidad del rayo porque, cuanta más edad tenemos, menos tiempo nos queda y queremos vivirlo todo a tope. De ahí el título de “180”, por la rapidez con la que transcurre todo…

En las distancias cortas soy simpático, cuento chistes y me considero extrovertido pero, en ciertos ámbitos -como la tele-, me siento más cortado”

-¿Por qué no has tirado más de la televisión?

-Cometí el error de, con la productora que me sacó, Gestmusic -y en concreto a Tinet Rovira-, negarme a “Tu cara me suena”. Pero no porque pensara que era un demérito a mi carrera -todo lo contrario-, sino porque tengo que limar la vergüenza. En las distancias cortas soy simpático, cuento chistes y me considero extrovertido pero, en ciertos ámbitos -como la tele-, me siento más cortado. Si a día de hoy me llamaran, sí lo haría porque encontraría la manera de reírme de mí mismo. 

-Pero hay más formatos…

-No sé. “Supervivientes” me parece un formato cojonudo, pero te ponen tan al límite que no sé si, por dinero y pantalla, merece la pena aparecer así… También aquí se considera que se va a esos programas porque no tienes dónde ir pero en América es diferente. Allí un intérprete puede llenar conciertos, hacer un musical o ir a la televisión. Es curioso pero, artistas que yo admiraba -y admiro- han criticado los “realities” y ahora son los primeros que están metidos en ellos.

-El último gran fichaje, Isabel Pantoja…

-Y algunos que son de mi corte y a los que les he escuchado renegar de eso.

Vivo en pecado (risas). No veo la boda. Eso de firmar un papel no me atrae. Me resultaba mucho más atractivo la paternidad”

-Otra salida es el mundo “del corazón”… ¿Nunca has tenido un romance con alguna famosa?

-Sí, pero no ha salido. Eso sí que lo tengo muy claro. La intimidad de cada uno me cuesta trabajo entender que le interese a los demás. Al menos, la mía. Mi pareja y yo somos papás de una niña pequeña pero nuestra vida personal está separada de la profesional. Más allá nos gusta lo mismo y compartimos aficiones. Nos encanta el mar, disfrutar de nuestra hija, amoldándonos a sus requerimientos y, si lo que toca es ir al cine a ver “Dumbo”, pues hacemos eso… (risas).

-¿Han jugado mucho contigo en el amor o al revés? Porque “La asesina de mi buena suerte” va un poco de eso…

-Um… Es curioso… Yo he siempre he sido el que ha jugado más, pero, en cambio, me quejo de que alguna lo haya hecho conmigo (risas). De todos modos, esa canción trata de que, en el amor, lo que más nos pone es la conquista y, cuando la logras, se genera, metafóricamente, es “mala suerte”. Se acaba el frenesí y se sustituye por otras cosas.

-En el videoclip hay un guiño lésbico…

-Es idea mía (risas). La idea de salir en un sofá fue del director de la compañía, pero yo le añadí ese final… y me lo compraron.

He tenido algún romance con alguna famosa, pero no ha salido. La intimidad de cada uno me cuesta trabajo entender que le interese a los demás. Al menos, la mía”

-Coincide con una etapa en la que las parejas abiertas, las experiencias sexuales están en boga…

-Me parece fenomenal. Siempre he defendido la libertad en este sentido.

-¿Por qué no estás casado?

-Vivo en pecado (risas). No veo la boda. Eso de firmar un papel no me atrae. Me resultaba mucho más atractivo la paternidad.

-Y a Julieta le dedicas un nuevo tema…

-Le di muchas vueltas porque todo me salía para cortarse las venas, pero ella no merecía eso. Merecía algo divertido, alegre, tal y como es ella. Cuando eres padre te vuelves menos egoísta. Primero miro por mi hija y luego, por mí. Siempre había escuchado que era así aunque, hasta que no lo experimentas, no lo sabes.

-Os hemos unido en este número de “Sevilla Magazine” a Javián, a Famous y a ti, tres “triunfitos” sevillanos de diferentes épocas… ¿Qué supuso para ti el concurso? ¿Guardas buen recuerdo?

-Muy bueno, pero sigo teniendo mis amigos de cuando era adolescente. A los participantes de “OT” los considero compañeros, algunos muy buenos y con los que me une una buena relación (como con Miguel Nández o Joan Tena). Los quiero y los respeto, pero nada más.

-Tenías 23 años… ¿Ves mucha diferencia de tu edición a las dos últimas?

-¡Uf! La ingenuidad de entonces ahora no la hay. Son unos portentos, con una calidad artística impresionante. 

-¿Cuál sería tu consejo, desde tu experiencia, para Famous, el ganador más reciente y compañero tuyo de portada en el último número de “Sevilla Magazine”?

-Que crea en lo que él tiene dentro, que sea el artista que quiere ser, no el que pretendan que sea. Al final, el que se hace una foto para un disco o el que sale en un videoclip es él, no la discográfica. Es un trabajo de veracidad y, por tanto, cuanto sea más él, más creíble será. 

-¿Y si Julieta quisiera ir en un futuro a un “Operación Triunfo”?

-La dejaría. La voy a dejar que sea lo que quiera ser. A su campo no le voy a poner vallas…