A raíz de la crisis del Coronavirus, muchas son las empresas, del sector de la flamenca, que han decidido prestar su colaboración a través de la fabricación de mascarillas que se envían a los centros más necesitados

Por Ricardo Castillejo

Si hay algo de lo que podemos sentirnos orgullosos en nuestra tierra es de nuestra solidaridad, de ese sentido de colaboración que, cuando la ocasión lo precisa, nace de cada uno de nosotros para ayudar a quien más lo necesita. En estos momentos, la mirada común está puesta sobre el coronavirus y los miles de personas -enfermos y colectivos de riesgo-, que se han visto desbordados por esta enfermedad ante la que, una de las mejores medidas de protección, son las mascarillas.

Conocedores de esto, algunos de nuestros diseñadores -y empresas dedicadas a la moda flamenca-, se han puesto manos a la obra y, en vez de dejar su actividad parada, confeccionan a diario cientos de mascarillas, y otro material, que, posteriormente, envían donde puedan ser necesitadas.

En este sentido, Aires de Feria ha sido pionera con la fabricación de entre tres y cuatro mil mascarillas diarias por parte de sus costureras quienes, desinteresadamente, se han prestado a esta causa. Con tejido TNT homologado, esta firma ha paralizado la realización de trajes de flamenca para orientar su producción ahora a clínicas como Ginemed, NISA, Quirón o Fátima, además de residencias de ancianos y asociaciones.

Por su parte, Yolanda Rivas, desde San José de la Rinconada, llega hasta 150 mascarillas diarias que distribuye entre el ayuntamiento de la localidad sevillana (100) y, el resto, guardia civil, centros penitenciarios, supermercados, hospitales…

Una noble labor que se ha convertido en el motor de esta firma, al igual que de otras como Anguas Ruíz, en Pilas, o José Manuel Pérez, en Gerena. Cada uno, dentro de sus posibilidades, invierte varias horas diarias en esta lucha que a todos nos toca y de la que se espera salir más pronto que tarde.

Desde Palma del Río (Córdoba), Sara de Benítez ha compartido una simpática imagen familiar con sus hijos, todos a la mesa, y anunciando que por fin habían podido terminar 70 batas, que harán llegar a los correspondientes sanitarios de su zona, y que son solo el principio de otras remesas que esperan concluir lo antes posible.

Éste es el espíritu que subyace bajo tantas malas noticias. Eso que nos hace tan especiales y que demuestra que, la bondad, es la luz que ilumina nuestro camino cuando vienen tiempos difíciles. Enhorabuena a todos… ¡y gracias!