Veinticinco años lleva sobre los escenarios Niña Pastori quien, en su último disco, “Sigo navegando”, hace un repaso a unos éxitos que forman parte de nuestra propia vida. Es la memoria musical, y personal, de una de nuestras artistas más queridas

Es una de las grandes. Y una madraza de sus dos niñas, Pastora, de trece años, y María, de nueve. Y esposa de Chaboli. Y mucho más. Muchas mujeres caben en Niña Pastori, intérprete responsable de grandes éxitos desde el comienzo de una carrera de un cuarto de siglo la cual, a sus 44 primaveras, sigue dándole infinitas satisfacciones. Como la de poder seguir haciendo lo que más le gusta: cantar contando, además, con el aplauso de un público que siempre, y desde siempre, la acompaña. Todo lo que pudiera desear, en las manos de esta gaditana de San Fernando con más de dos millones de discos vendidos a sus espaldas…

-Veinticinco años… ¿Son muchos? ¿Pocos? ¿Se han pasado rápido?

-Muy rápido, la verdad que sí. Pero son muchos y han ocurrido de todo. He viajado mucho, he conocido a mucha gente, he tratado con muy buenos artistas y músicos y he encontrado a un público fiel, que es lo más importante.

-Buen momento, después de esta pandemia, para hacer balance… ¿Ha merecido la pena?

-Claro. La música me ha dado cosas muy bonitas y noches inolvidables. Y si Dios quiere, queda mucho por vivir. Eso sí, fecha de límite no pongo. Mientras tenga ilusión y ganas de seguir creciendo y de divertirme, seguiré estando aquí…

“Lo mío no es un camino de rosas y hay mucho sacrificio y muchas experiencias que te hacen pasarlo mal, como en cualquier profesión. Llegar puede ser fácil, pero mantenerte, no. Hay que aguantar mucho”

-¿De qué te sientes más orgullosa?

-Creo que tengo una carrera muy estable y un nombre bonito, con logros que he conseguido poquito a poco y unos seguidores que se amoldan a lo que, en cada etapa, he querido darles.

-¿Con qué ojos miras a la Niña Pastori de hace un cuarto de siglo?

-Te da cosita de verte tan niña en un mundo tan complicado como éste, aunque he tenido la suerte de encontrar personas buenas a mi lado. Evidentemente no es un camino de rosas y hay mucho sacrificio y muchas experiencias que te hacen pasarlo mal, como en cualquier profesión. Llegar puede ser fácil, pero mantenerte, no. Hay que aguantar mucho.

-¿Imaginarías una vida sin música?

-No. Supongo que llegará un instante, cuando sea mayor… Pero es algo que no te da nada, ni tu familia, ni tu pareja… Esa satisfacción personal, cuando me subo al escenario y me meto adentro en lo que siento y canto, va más allá y no tiene comparación.

-¿Cómo has llevado lo de haber estado casi dos años actuar?

-Es que yo no soy artista las veinticuatro horas del día. Lo soy cuando tengo que serlo pero luego me pongo mis tenis y mi ropa cómoda y estoy en casa con mis hijas y soy la madre de Pastora y de María. He desconectado con mucha facilidad desde joven, cuando me gustaba salir con mis amigas e ir al cine y tener una normalidad. Lo malo de estos dos años ha sido por lo que hemos sufrido, por lo que hemos visto de nuestros mayores, esa penita de no poderse despedir de los abuelos, que han pasado tanto y a los que les debemos todo.

-¿Nunca, por problemas que hayan podido aparecer, has pensado dejarlo?

-¡Qué va! Si esto es lo que a mí me da fuerza…

-Bueno, recuerda, por ejemplo, cómo la tensión llegó a afectar a Pastora Soler…

-Es que eso que le ocurrió a ella nos afectó a todos. A veces lo hemos hablado nosotras… Yo no pude ver esa caída y está claro que esas experiencias te hacen reflexionar y priorizar, aunque siempre he tenido muy claro que mi familia, y mis dos niñas en concreto, están para mí por encima del universo. Mi carrera es mi alivio, donde celebro si estoy bien o mal.

-Hay quien no sabe gestionar la popularidad, la falta de privacidad…

-Llevas razón pero, en mi caso, no genero fanatismo. En todo caso tengo admiradores, que es distinto y, si me piden una foto cuando estoy cenando, lo acepto como parte de mi profesión. ¿Quieres que te quieran o no?

“Tengo a mis dos niñas, que me tienen loca. Chaboli me ha dado lo más grande para mí y me siento realizadísima como mujer y como madre”

-En tu camino se recuerdan hitos como tu actuación frente al Papa Juan Pablo II pero, ¿es tu recuerdo favorito?

-Ha habido noches muy bonitas que no salen o que no tienen tanta repercusión. U otras, como cuando actué con Alejandro en el Calderón. O cuando algún Grammy y el reconocimiento que eso supone de la industria…

-Eres una artista muy querida también entre artistas y ahí están tus duetos y colaboraciones como las de Rosalía, Miguel Poveda, los mencionados Pastora Soler o Alejandro Sanz… ¿De qué forma valoras eso?

-Es precioso. Me identifico con todos, aunque seamos diferentes. Tengo buena relación con los que conozco, como Manuel Carrasco, Malú… Nos miramos y ya sabemos por dónde vamos.

-Dime la verdad… 25 años después… ¿Por qué estás aquí? Es porque vales mucho, porque te lo has currado mucho…

-(Risas) ¡Porque yo lo valgo! (risas). Si te soy sincera, cada uno lleva su carrera a su modo porque no hay una regla. Mi conclusión es que, en estos veinticinco años que llevo, he sido cien por cien real, en todos los sentidos y en todos los aspectos. Me he mostrado como soy y me he sentido. Si me ha apetecido cantar más, lo he hecho y si no, lo he dejado ahí. En los discos, igual. He intentado ser espontánea con las canciones que me han llenado. Hay quien hace cosas que yo jamás haría y también les va fenomenal y otros no tienen tanta suerte.

-Lo que tú no has hecho es concesiones sobre tu vida privada cuando parece que, si no pasas por ese aro, no eres…

-Cuando salí las revistas del corazón estaban a tope y, en este sentido, creo que la clave está en la naturalidad. A muchas compañeras les han preguntado por una relación y han contestado eso de “De mi vida privada no hablo” algo que, para mí, es un error. Eres un personaje público por lo que sea y la gente quiere saber de ti. ¿Qué trabajo te cuesta decir: “Pues mira, me va muy bien” o “Estamos regular”? ¿No generas menos interés así? También es verdad que no tengo grandes asuntos para entusiasmar, como un divorcio o una desgracia o un problema grande. Cuando me casé me ofrecieron un especial en el “¡Hola!” y nunca he cobrado ni por hacer una entrevista o por unas fotos y eso lo periodistas lo saben y le llevan a respetarte.

-¿Has triunfado como mujer igual que en la música?

-Sí. Tengo a mis dos niñas, que me tienen loca. Chaboli me ha dado lo más grande para mí y me siento realizadísima como mujer y como madre y como hija y hermana también. Estoy muy orgullosa de todo eso.

-¿Les llama la música a tus niñas?

-Sí… Y estoy aquí pa´ lo que venga (risas). Quiero que sean felices y elijan y eso lo hablo mucho con Pastora. Al trabajo le dedicas muchas horas y tiene que ser algo que te guste y te motive. A mí nunca me han dado muchos consejos y, lo único que me ha dicho mi madre -que también cantaba-, es que lo hiciera como sabía.