Por Ricardo Castillejo

La directora del Salón Internacional de la Moda Flamenca concede a “Sevilla Magazine” su entrevista más esperada. Todo el análisis del sector, bajo la mirada de la artífice de este evento que, desde hoy y hasta el domingo, nos espera en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla

Hace mucho que esperábamos en “Sevilla Magazine” este encuentro con Raquel Revuelta quien, serena e ilusionada con la nueva edición de SIMOF, realiza -en esta entrevista que hemos dividido en dos partes-, un completo análisis del presente de la moda flamenca y de un Salón que, 26 años después, sigue creciendo imparablemente. Pasado, presente y futuro de un proyecto que, al contrario de lo que pudiera pensarse, continúa presentando nuevos retos a sus responsables y a sus participantes.

-Después de tanto tiempo, ¿se afronta cada edición de SIMOF igual o se cambia la perspectiva?

-Hombre, la pasada edición fue tan apoteósica -y había tanto entusiasmo en toda la industria-, que parece cerrarse una etapa para arrancar otra. Eso sí, la exigencia es mucha y las metas, también. Por otro lado, los 25 años de atrás, por la responsabilidad que eso supone, pesan y eso provoca vértigo, por un lado, a la vez que se genera mucha ilusión.

“A pesar de los momentos arduos que hemos atravesado, no ha habido ningún motivo que me haya hecho cuestionarme dejar SIMOF. Tuvimos una etapa dura por la crisis, pero eso nos sirvió como revulsivo para pensar nuevas fórmulas”

-¿Ha habido algún instante en el que hayas pensado dejarlo?

-Jamás. A pesar de los momentos arduos que hemos atravesado, no ha habido ningún motivo que me haya hecho cuestionarme dejarlo. Tuvimos una etapa dura por la crisis, pero eso nos sirvió como revulsivo para pensar nuevas fórmulas y pasar del antiguo al nuevo FIBES. Siempre ha habido estímulos. Cuando iba mal, por superarnos, y cuando iba bien, para motivarnos.

-¿Eres de las que piensan que lo pasado fue mejor?

-No… ¡Qué feo! Esa máxima no está en mi cabeza ni me lo planteo en ningún aspecto de mi vida. Mejor: “Lo bueno está por llegar”…

“No existe un producto ni siquiera parecido al Salón de Moda Flamenca. Ni, por supuesto, internacional… Puede haber muchos eventos que son sucesión de desfiles y está muy bien y me encanta, porque acogen a profesionales que no pueden estar en SIMOF porque no tenemos sitio”

-¿En qué se ha cambiado más respecto al SIMOF del principio al actual?

-Bueno, antes no había industria. Eran señoras que cosían en sus casas y que tenían una economía sumergida que, poco a poco, fue aflorando. De “modista” se pasó a “diseñador” y las escuelas de formación pusieron en valor la costura de la moda flamenca. Son como eslabones. Los jóvenes pasaron de renegar a querer trabajar sobre el patrón flamenco, que empezó a cambiar. Solo había lunares, más o menos grandes, con volantes, que variaban de número, pero poco más. Y entonces, con el certamen de noveles, se comenzó a investigar y a arriesgar y también se iniciaron las polémicas. Juana Martín, por ejemplo, recibió el Premio Revelación por usar el tejido dénim, que jamás se había empleado en el traje de flamenca pero que, cara al jurado, era demasiado transgresor (por eso se le otorgó un galardón que no fue el ganador). SIMOF se convirtió, en definitiva, en una revolución.

-¿Cómo son los diseñadores “millenials”? 

-Me gustan mucho porque tienen muy buena formación. Son amantes de la flamenca y de la inspiración flamenca pero también son capaces de hacer moda urbana. Tienen muchas ideas que te pueden agradar más o menos pero que son la pimienta de esta salsa…

-Hablando de polémicas, hay quien afirma que con tantas pasarelas flamencas se está matando a la “gallina de los huevos de oro”…

-Yo creo que al contrario. Mientras más pasarelas flamencas existan, mucho mejor para el sector. Esta industria es sin duda moda, pues va variando cada temporada. Cada profesional tiene un sello, pero éste va modificándose por años. Es un sector que pasa una etapa dulce y que ha visto aflorar eventos que, para mí, lo que hacen es enriquecer y formar al consumidor. En Canal Sur se está preparando un espacio de moda flamenca y me han contado que hasta en Almería hay gente interesada en participar. Esto no hubiera sucedido antes. Es una moda que se ha extendido por todas las provincias y capitales andaluzas y mi reto es llevarla no fuera de nuestra comunidad sino fuera de España, pues es la evolución natural de todo esto. 

-¿Qué te debe a ti la moda flamenca?

-¡Uf! No soy quién para responder a eso… De hecho, me da apuro pensarlo. Me debe tanto como yo le debo a ella en todo caso. No estamos en deuda en absoluto. Para mí es un disfrute. He crecido y he evolucionado en paralelo a ella y me siento muy orgullosa de su auge y de comprobar que donde tiene sentido es en el Sur de España.

-En este auge han llegado otros espacios como “We love flamenco”, desde donde se afirma que “La única pasarela de moda flamenca es “We love”…

-Yo no entro en eso. De hecho, cada vez estoy más convencida de que en SIMOF hay cabida para eventos que, en este sentido, se organizan en todas partes de Andalucía. Están representados todos: Málaga, Granada, pueblos de Sevilla… No quiero parecer prepotente pero no existe un producto ni siquiera parecido al Salón de Moda Flamenca. Ni, por supuesto, internacional. Nosotros tenemos compradores de ocho países extranjeros, algo que me parece sorprendente, visitantes y prensa de fuera… Con todos mis respetos, pero es que no hay nada institucional similar. Puede haber muchos eventos que son sucesión de desfiles y está muy bien y me encanta, porque acogen a profesionales que no pueden estar en SIMOF porque no tenemos sitio (hay lista de espera). Son necesarias otras plataformas para evolucionar y crecer, pero nunca he tenido pique con ninguna otra pasarela. Ni siquiera con Jerez, que fue la primera siguiendo nuestro camino.

-¿Irías de invitada a “We love”?

-Si no voy es por razones que no son profesionales y que están más en el plano personal. Insisto: Me parece genial que existan y que sea en ese maravilloso hotel, que es referencia a nivel nacional.