Llega hoy al Estadio Olímpico para ofrecer una esperada actuación dentro de su gira nacional pero, más allá, el mexicano es un personaje polémico al que han perseguido algunas “leyendas urbanas” que han provocado que su vida íntima genere casi tanta expectación como la artística
Es una de las máximas figuras de la música latina. Responsable de haber vendido más de 20 millones de discos, y de haber reunido a más de quince millones de espectadores en el mundo, Alejandro Fernández se encuentra en la actualidad de gira por España, país al que quiere y admira y hasta donde ha venido acompañado, según las declaraciones que ofreció a este periódico el pasado lunes, de sus hijos. Nacido en la capital mexicana el 24 de marzo de 1971, pero registrado en Jalisco (Guadalajara) –la “cuna del Mariachi”-, su destino parecía estar escrito en sus genes ya que su padre, el también cantante Vicente Fernández, es uno de los mitos más importantes de su país. Así, con tan solo cinco años, en 1976, fue presentado al público por su papá ante una audiencia de más de diez mil personas, experiencia que el pequeño vivió como un trauma el cual desembocó en un posterior pánico escénico poco a poco superado.
En 1991 comienza su trayectoria como solista y, con ella, los éxitos no tardan en llegar a través de títulos como “Alejandro Fernández”, “Piel de niña”, “Muy dentro de mi corazón” o “Entre tus brazos”. Álbumes en los que, desde lo tradicional al pop, el intérprete va demostrando unas capacidades vocales que, más allá, le han hecho ser requerido por otros grandes nombres para protagonizar duetos tan recordados como los que le unieron a Christina Aguilera, Plácido Domingo, Beyoncé, Gloria Estefan, Julio Iglesias, Malú o Antonio Orozco.
Conocido popularmente como “El Potrillo” –por el rancho paterno dedicado a los tres varones de la familia-, su físico le ha valido ser considerado, por varias ocasiones, como uno de los cincuenta hombres más bellos de la actualidad (según la revista “People”). Un atractivo que siembra grandes pasiones entre ese colectivo femenino hacia el que, a pesar de los rumores que surgieron durante una época, se declara un ferviente admirador. “Me da risa todo lo que se ha dicho sobre mí”, declaraba nuestro protagonista durante la presentación de “Confidencias”, su más reciente trabajo. “Estoy seguro de mi sexualidad, me encantan las mujeres y de repente me gusta consentirme. Nada está escrito en mi vida ni estoy peleado con el matrimonio. Me encuentro empezando una relación pero sin intención de boda”.
Palabras muy significativas de quien durante algún tiempo fue catalogado como bisexual por algunos medios sudamericanos que destaparon el supuesto escándalo de que la causa de la ruptura con su primera esposa, América Guinart, fue una infidelidad con otro hombre, su mejor amigo, que ella descubrió en primera persona. Más allá, de dicha unión nacieron tres hijos, Alejandro Jr. y las gemelas Camila y América, a los que siguieron Emiliano y Valentina, fruto del amor con la colombiana Ximena Díaz. Un currículum sentimental al que tendríamos que unir otros nombres como Ayari Anaya o la joven Karla Laveaga la cual, en principio, continúa haciendo latir con fuerza el corazón del artista.
Bromista y divertido, Fernández no ha tenido inconveniente en lanzar chistes a través de twitter acerca de su estado civil, “desobediente”, o de compartir opiniones sobre el sexo, “la salud es lo primero” (concluía en relación a un artículo en el que se explicaban los beneficios de una óptima sexualidad) pero, a pesar de todo, lo fundamental para el mexicano son los suyos, tal y como aclara cada vez que tiene oportunidad. “Llevo tanto en esto que sí hay momentos en los que te llegas a nublar. Para mí lo más importante, y parte de esto me lo ha enseñado mi papá, es tocar base, tener bien puestos los pies sobre la tierra. Mi motor siempre es mi familia”, ha comentado al respecto.
Involucrado con muchas causas sociales, esta noche en el Estadio Olímpico Alejandro Fernández nos deleitará con rancheras y baladas como “Hoy tengo ganas de ti”, versión del clásico de Miguel Gallardo que no es sino una declaración de intenciones por su parte… y, cómo no, por la nuestra…