Impaciente por su presentación de esta noche en el Lope de Vega, Antonio Cortés presentará en dicho escenario su disco, “Los secretos de la copla”, en el que ha revisado el género bajo una perspectiva diferente y con una forma de cantar mucho más íntima
Es la voz masculina con mayor proyección de las que, hasta ahora, han salido del programa “Se llama copla”. Nominado a los Grammy Latino como Mejor Álbum Flamenco por “Cuando quieras” (2012), acaba de lanzar su disco “Los secretos de la copla” donde reinventa el género hacia un territorio musical íntimo y jazzístico. Así, a sus 25 años, el malagueño va poniendo los cimientos para un sólido edificio artístico sin límite de altura.
-Háblenos de su presentación en Sevilla…
-Pues tengo ganas, la verdad. Va a sorprender porque tiene temática muy nueva y porque habla mucho de la ciudad. Hemos buscado un repertorio muy concreto y muchos títulos están referidos a Sevilla. Es donde se me dio la oportunidad, donde me di a conocer y me descubrieron y por eso me siento un sevillano más. La contemplo como mi segunda casa.
-Porque, para usted, ¿qué ha supuesto la copla?
-Un género que lo ha sido todo. El mejor de los repertorios de la música y donde hay una extensión melódica única. La mayoría piensan en la copla dentro de un canon pero existen mil y un secretos guardados aún. Me ha hecho crecer como intérprete.
-¿Le ha limitado en su carrera?
-Hasta el momento, no. Con un disco de oro, y una nominación a los Grammy Latino, creo que sería un error pensar que me limita.
-¿Es el género más difícil de cantar?
-Uno de los que más, seguro. Estoy descubriendo otros pero en la copla tienes que unir sentimientos, fuerza, técnica, afinación… Es complicado.
-Dicen que es un estilo más para mujeres…
-Bueno, se versiona y no me parece que sean canciones para mujeres. Si yo fuera “Carmen la de Triana”, lo mismo sí podría pensarse así pero no es el caso. Es más, ese razonamiento, para mí, es una catetada. Las coplas fueron escritas para personajes y nosotros les damos vida.
-¿Está de acuerdo con sus mensajes?
-Con algunos más que otros puesto que, de vez en cuando, resultan muy exageradas. “Yo soy esa” no es una manera muy apropiada de reivindicar a la mujer (y eso que me encanta su partitura). Era otra época y las cosas eran diferentes. Sí me acerco a las de amor, de sinceridad…
-¿Amor desgarrado?
-Como persona bohemia que soy, sí. El amor desgarrado es el que más siento. Cuando tienes rabia, cantas mejor.
-Algún título que signifique algo especial para usted…
-“María de la O”. Me llena muchísimo. Explica cómo fue traicionada, engañada…
-Y a los que afirman que es un género menor, ¿qué les comentaría?
-Que se confunden. Depende de cómo quieras ver lo de “una vida de copla”. Yo tengo una percepción distinta, más personal y actual. Aparte, la copla no es mi vida. Es una parte de ella pero, más allá, hay flamenco y otros tierras musicales que también quiero visitar.
-¿Se llevan tan mal los que pertenecen a este mundo “folklórico” entre ustedes como cuentan las “leyendas urbanas”?
-Siempre he creído que, si no quieres que lo hagan de ti, no debes hablar ni bien ni mal de nadie. Cada uno tiene el derecho de hacer lo que le parezca y hay que valorar a todo el mundo. Nunca me he hecho amigo de compañeros aunque haya algunos, como Erika, Laura Gallego o Joana, con los que tengo cariño y respeto. Son muy inteligentes porque van por su camino pero yo no soy correveidile de nadie.
-¿Qué se plantea para su futuro?
-Me gustaría crecer como artista y ser una figura personal. Que todo lo que haga guste, que siente bien. Ser un intérprete de este siglo que el público disfrute y reconozca.
-¿Cómo ve su voz?
-Hombre, eso no me corresponde a mí decirlo porque no me gusta alardear de nada pero creo que es particular. Cálida, dulce y salvaje a la vez… Me encantaría ser el Raphael del siglo XXI. El típico baladista irrepetible. Sé que hay a quien se lo recuerdo pero yo no voy a echarme esas flores. Lo que sí trato de aprender de él y de otros ídolos como él.
-Porque su encuentro con la copla, ¿cómo se produjo?
-De manera casual. No la iba buscando ni me dedicaba a ella. No intentaba ser artista y llegó por el programa. Yo no tenía ni idea de lo que suponía el género. Solo pensé que era mi momento para cumplir mi sueño.
-¿Ha cambiado mucho desde entonces?
-Muchísimo. Tenía 17 años (para 18). Ahora he cumplido 25 y he madurado. He cambiado no como persona pero sí a la hora de ver lo que me rodea. He pasado a la madurez y no soy tan impulsivo y sí más meticuloso. La edad me ha beneficiado. En lo profesional voy descubriéndome poco a poco a pesar de que siempre hay que estar renovándose.
-¿Es buena su relación con sus seguidores?
-Me siento muy privilegiado. Sigo haciendo lo que me gusta y afianzando mis admiradores con los que tengo una conexión tan buena…
-¿Cuál es su autoanálisis como artista?
-No lo sé… Odio definirme… Gustas o no… Prefiero que mejor me defináis vosotros…
-¿Y como ser humano?
-Una persona muy sensible y sencilla. Más sensible incluso de lo que pensaba. Eso es algo de lo que me he dado cuenta con los años. Siento, padezco y sufro y cantar me libera todo.