Dicen que Miguel Vargas Jiménez, “Bambino”, era un ser excepcional. Y seguro que es cierto porque se trata de una figura que ha marcado a varias generaciones y al que, de una forma u otra, no dejan rendirle homenajes como los que le han hecho figuras como María Jiménez o, este verano, Manuel Bandera quien, en un espectáculo, quiso recordar las canciones -y la apasionada forma de interpretarlas, sobre todo-, del de Utrera.por los susurros de Afrodita…
Con una vida de excesos en todos los sentidos, el artista que revolucionó con su estilo la rumba y la bulería en España falleció en 1999, paradójicamente, de cáncer de garganta, pero su huella ha sido tan profunda que no deja de volver a la actualidad, ahora a través del tributo musical que ha querido hacerle Manuel Lombo. Cuidando como siempre de todos los detalles, Manuel quiso acompañarme el viernes pasado en una producción fotográfica que pronto se verá en “Sevilla Magazine” y en la que exploramos nuevos “looks” suyos que seguro sorprenderán a todos.
Porque si hay algo que cada vez tengo más claro es que la moda es divertirse, jugar, buscar otras combinaciones, visitar otros territorios… Un camino hacia la libertad que, con aciertos y fallos, permite obtener información de nosotros mismos que tal vez hasta ignorásemos que estuvieran ahí. Nada pasa tanto de moda como la moda misma por lo que, mientras más auténticos e inclasificables seamos, más perdurables también. Como Bambino. Un fenómeno que necesitaba varias generaciones para entenderse del todo.