Marisa Jara es una superviviente. Y una luchadora. Con 15 años dejó Sevilla para cumplir su sueño de ser modelo y, hoy día, en ésas mismas sigue, partiéndose el pecho como una jabata siempre desde la honestidad y la humildad, dos valores que en su casa le enseñaron bien y con los que ella cumple casi a rajatabla.
Imagen de Elena Miró, para la que sacó una línea “curvy”, Marisa acaba de ser fichada por la Clínica Dorsia y también, nada más y nada menos, por C&A, cadena para la que no solo trabajará en España sino con la que también tiene compromiso en Europa. Por si fuera poco, continúa con su firma propia de complementos, “Jade Jara”, que ha sido la elegida por otra empresa de ropa como Nuribel para acompañarles en una nueva línea de la que, en breve, tendremos todas las novedades. Y encima, ha vuelto a “Pasapalabra” para grabar unos programas en el que es uno de los espacios “estrella” de Telecinco.
Vamos que, entre unas cosas y otras, no para. Fíjense que, casualidades de la vida, vendió el piso que tenía en Madrid para volver a su tierra y, desde que vino aquí, no dejan de llegarle ofertas hasta tal punto que le han obligado a volverse, al menos una temporada, a la capital.
Nunca ha aprovechado sus relaciones para sacar tajada. Ni la de Manu Tenorio, ni la de Joaquín Cortés, ni la de sus matrimonios fallidos con Chente Escribano y Manuel Vittorio. Escribió su libro, “La talla o la vida” -relatando su experiencia en el mundo del modelaje e incluso con la bulimia-, y tampoco hizo drama de aquello. Lo suyo es otra cosa. Es la libertad, el ser un soplo de aire fresco entre tanta contaminación. Belleza libre en estado puro.