El enlace de Fernando Solís, marqués de la Motilla, y su ya esposa, Eva Morejón, reunió en Sevilla, el pasado sábado 4 de mayo, a lo más selecto de una sociedad que aplaudió la elegancia de la madrina, Carmen Tello, vestida de Victorio y Lucchino
Carmen Tello acompañó a su hijo, Fernando Solís, que contraía matrimonio, con uniforme de la Real Maestranza de Caballería, el sábado pasado, 4 de mayo con Eva Morejón, una novia guapísima de Teresa Palazuelo junto a la que, el marqués de la Motilla celebró su boda en la iglesia colegial del Divino Salvador. Muy elegante, con un diseño de Victorio y Lucchino –presentes también en el evento- azul grisáceo y con mantilla y broche de diamantes en el escote, la madrina se mostró emocionada con la acogida popular a un enlace que reunió a lo más granado de la sociedad sevillana y en el que no podían faltar, por razones evidentes, ni el padre del contrayente, Miguel Solís, ni el padrastro, Curro Romero, muy unido en afectos al novio.
Además, Juan Antonio Ruíz, “Espartaco”, que coincidió con su ex mujer, Patricia Rato, Miguel Litri y su esposa, Conchita Spínola, con un original tocado de Reyes Hellín, Rafael Peralta y su esposa Mamer, Pilar Medina Sidonia, las hermanas Cobo, periodistas como Antonio Burgos y su mujer, Isabel Herce, y Enrique Miguel Rodríguez, la familia Porcelanosa, los marqueses de la Puebla de Cazalla, los condes de Peñaflor, la marquesa de las Torres de la Presa, la duquesa de Santiesteban del Puerto y los marqueses de Marañón, Javier Arenas y el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido.
Más de 500 personas que disfrutaron de una cena en el cercano Palacio de los Marqueses de Solís adornado para la ocasión de flores y velas de la firma Búcaro y en cuyo patio se sirvió un delicioso bufé de postres complementado con la música de Los Alpresa –regalo de Curro Romero- y la barra libre para las copas. Una gran fiesta a la que faltó la gran amiga de Carmen Tello, Cayetana de Alba quien, a pesar de haber manifestado su intención de acudir, se vio impedida por la caída que tuvo durante su viaje a Roma –donde tuvo que ser intervenida por una rotura en el fémur-. Sin embargo, en su nombre sí que pudo verse a Alfonso Díez, duque de Alba, que no quiso perder la oportunidad de disfrutar de la que todas las voces apuntan es la “boda del año”.
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