Ana María Aldón, la mujer del diestro, contesta a los periodistas en la puerta de la prisión a la que, previsiblemente, acuda por última vez
“Es el último paseíllo que hacemos juntos”, afirmaba Ana María Aldón refiriéndose al camino que hacía junto al torero antes de cruzar éste por última vez la puerta para entrar en prisión. Un lugar en el que el diestro “está reflexionando mucho y eso se nota cuando sale. Aún así sigue siendo la misma persona sencilla, humilde y muy sensible… Entiendo que los medios piensen que su actitud ha cambiado pero para mí sigue siendo el hombre maravilloso que conocí”, respondía contundente la sanluqueña a las preguntas que, en directo, hacían ayer mismo los tertulianos del programa de Mariló Montero, “Las mañanas de la 1”.
Sobre el cambio de percepción que los medios han tenido de Ana María (a la que se criticó mucho al principio), ella aseguraba ser la misma persona, “ni tan mala antes ni tan buena ahora”, añadiendo que, evidentemente, le molestaban las “barbaridades” que se llegaron a comentar.
En una entrevista donde fue muy generosa con el espacio de la televisión pública, Aldón narró cómo fue en una visita guiada a su finca cuando conoció a Ortega. “No esperaba ni encontrarlo allí. Desde que me vio le gusté y se hizo con mi teléfono. Empezó a llamarme y me gustó enseguida. Me llenaba su mirada, su dulzura y el cariño que me transmitía pero pasó un tiempo hasta que hubo una relación. De pronto vino el embarazo y fue un “bombazo”. No era esperado pero para él resultó una alegría inmensa”. Además bromeó con cómo al principio le daba “largas”. “Por muy Ortega Cano que tú seas yo soy Ana María. No me quieras llevar “al huerto” tan pronto. Se lo tuvo que trabajar”, aseguraba.
Para finalizar la charla, nuestra protagonista confesó que el matador de toros sigue hablándole de Rocío Jurado, de la que hay muchas fotografías en la casa en la que vive la pareja. “Para mí también es una gran artista, la más grande”, expresaba.